Historia, Significado y Tradición en la Joyería

La Cruz Mallorquina, también llamada Cruz del Santo Oficio o “de los Dominicos”, es uno de los símbolos más representativos de la tradición joyera de Mallorca. Su diseño característico, conocido como cruz flechada, presenta los brazos acabados en forma de punta de flecha, lo que la diferencia de otras cruces históricas como la de Calatrava, cuyos brazos terminan en flor de lis. Esta confusión en la nomenclatura ha sido habitual, especialmente a partir del siglo XIX, cuando ambas cruces convivieron en la vestimenta de nobles y cofrades.

Orígenes históricos

La presencia de la cruz dominica en Mallorca se remonta a la Edad Media, aunque su auge llegó entre los siglos XIII y XVII, periodos en los que las órdenes religiosas y militares tuvieron una fuerte implantación en la isla. Durante el siglo XVII, las insignias –cruces y veneras de oro o plata– comenzaron a lucirse de forma ostentosa en la indumentaria, especialmente entre los caballeros pertenecientes a órdenes como la de Malta, Santiago, Alcántara, Calatrava o Montesa.

Los frailes dominicos, fuertemente vinculados al Santo Oficio, desempeñaban cargos inquisitoriales, por lo que portar su cruz implicaba determinados privilegios jurisdiccionales. Esta simbología hizo que muchos nobles exhibieran la cruz dominica para mostrar estatus y poder. De los caballeros pasó luego a sus familias y, particularmente, a las mujeres, quienes empezaron a llevarla como colgante, broche, pulsera o en cordoncillos de perlas.

Durante el siglo XIX, la Cruz de Malta fue quedando en desuso, mientras que la del Santo Oficio evolucionó hacia diseños más modernos y se popularizó ampliamente, convirtiéndose en una joya emblemática de la identidad mallorquina hasta nuestros días.

Características de la Cruz Mallorquina

Las joyas tradicionales presentan detalles tallados en relieve, acabado pulido y una estética que mantiene viva la herencia dominica. Pueden elaborarse en plata, oro o incluso piezas enriquecidas con piedras preciosas. Al día de hoy sigue siendo una joya apreciada por su simbología histórica y su fuerte vínculo con la cultura de la isla.

La tradición de la joyería mallorquina

La estética tradicional mantiene elementos distintivos como la cadena de bauleta, los cierres de pasador y los acabados ennegrecidos en plata. Estas piezas, heredadas de antiguas tradiciones de la isla, continúan fabricándose con métodos artesanales y son símbolo de identidad para quienes desean “permanecer fieles a las raíces” o simplemente portar un recuerdo de aquel maravilloso viaje a la isla de Mallorca.

Materiales y fabricación moderna

Actualmente existen distintos talleres y fabricantes especializados en joyería de plata y oro en Mallorca y en la península.

Para nosotros es un honor rendir homenaje a nuestra familia, replicando artesanalmente y dando vida a aquello que, generación tras generación, nos ha llenado de ilusión: un auténtico cobijo para el alma, las cruces de Romandre.